La mala relación que tengo con la cocina y mi afición por bloguear, ha dado como resultado este blog, lleno de recetas que otros blogueros me enseñan a elaborar y que yo cocino a mi libre albedrío. La gran mayoría FÁCILES y RÁPIDAS de COCINAR, con lo que siempre se tiene a mano y fotografiadas tal cual se plantan en la mesa porque tengo poco desarrollado el glamour de la presentación😁
Pero es que recuerda...

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Congelar los bocadillos hechos

Hace unos días, buscando unas fotos en mi ordenador, me topé con éstas. Son de hace unos 5 años. 
Entonces mis mellizas hacían 2º de la ESO y la mayor 4º de la ESO (13 y 15 años).
Es la retahíla de bocadillos que preparaba para toda la semana y que además después congelaba. 
Porque LOS BOCADILLOS SE PUEDEN CONGELAR HECHOS
Lo he hecho desde que empezaron el colegio. 
Preparar bocadillos todos los días para el almuerzo de media mañana y para la merienda, para mi era lo peor. 
Así que lo hacía de una vez, normalmente los sábados que no me tocaba trabajar y los congelaba todos. 
Compraba 9 barras de pan y con eso tenía para toda la semana
Congelar los bocadillos hechos
Tan fácil como comprar las barras de pan  todavía crujientes.
Cortar por la mitad a lo largo
Untar de tomate ambas caras y rociar con un buen lingotazo de aceite de oliva virgen en cada una de las mitades

Para 6 días, 6 clases de embutidos diferentes, en 6 barras de pan
Las 3 barras de pan restantes, para los bocadillos de la merienda

En las de la merienda, colocaba las sobras de los paquetes de embutido de los bocatas de la mañana 
Una barra podía tener 2 o 3 embutidos diferentes. Después tan solo tenía que ir cortando. Igual había alguno de los bocadillos que tenía dos clases de embutidos, a mis hijas no les importaba
 Todo en un orden para que todos los días desayunaran embutidos diferentes
Un día tocaba fiambre (jamón cocido, mortadela, pavo, queso....), otro día salado (chorizo, salchichón, salami, lomo embuchado...) o simplemente foie gras (que solo le gustaba a la mayor)
Y siguiendo el mismo orden, cortarlos a razón del tamaño en que cada una se lo comía. 
Una de las mellizas nunca ha sido de bocadillos, así que el suyo era más bien pequeñito. 

Aunque salían desayunadas de casa el bocadillo a la hora del patio, era sagrado
Para el desayuno, también siempre hemos tenido 6 clases de cereales diferentes.
 Solo los domingos  podían desayunar dulces y pastas con el colacao

Las 3 barras de la merienda, de diferentes tamaños. En la imagen, los de la derecha del todo
Envolverlos en papel de aluminio y además, numerados, para que supieran qué bocadillo se tenía que sacar cada día.
Y meterlos tal cual en el cajón más pequeño del congelador (el mío es de 7 cajones). 
Y por supuesto, siguiendo un orden.
 Por la noche, antes de irme a dormir, sacaba 3 y los dejaba encima de la mesa. 
Por la mañana, a razón del tamaño, cada una sabía cuál era el suyo.
En invierno, el cajón estaba lleno de bocadillos
En verano lleno de helados
Ahora ya no hay nada de eso. Las 3 están en la universidad y desde que se lo han de preparar ellas, ya no hay nada que hacer. Solo una de las mellizas, la que se llevaba el bocadillo más grande, se los sigue haciendo para toda la semana.

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